Mateo. San
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       Apóstol de Jesús. Nombre griego del hebreo "Mattai o Mattenai" (Esdras 10. 33) o también de "Mattanya" (2 Par. 9. 15) de otros lugares.
   El nombre de Mateo solo aparece en su propio Evangelio. Lucas y marcos hablan de Levi. La tradición más original identifican ambas figuras y no hay ninguna razón para sospechar otra cosa, sobre todo a juzgar por su inclusión clara en todas las listas de los Apóstoles (Mc. 3.18; Lc. 6.15) Mt. 10.3 y Hech. 1.3)
   Era hijo de Alfeo (Mc. 2.14) y cobraba los tributos en Cafarnaum (Lc. 8.3; Jn. 4. 46). Es evidente que tenía cierta cultura, sabía escribir en arameo y, por su­puesto, en griego. Una tradición de poca base le hace evangelizador en Egipto donde murió mártir.
   El Evangelio de Mateo se le atribuyó sin vacilación desde el siglo II, siendo Papías, Obispo del s. II (hacia 135), el primero a quien se atribuye un texto que lo afirma explícitamente. Es también tradición primitiva que lo redactó en lenguaje de los judíos (arameo).
    Con toda probabilidad lo compuso para lectores judeopalestinos, desde la perspectiva mesiánica de Jesús y resaltando que era el Mesías esperado.  Su conocimiento de Palestina y su domino de la geografía y de las costumbres no deja otra alternativa. Es probable que se redactó en alguna comunidad del entorno y antes de la destrucción de Jerusalén.   (Ver E­van­gélicas. Cate­que­sis  4)